Mostrando entradas con la etiqueta #mascotas#duelo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #mascotas#duelo. Mostrar todas las entradas

miércoles, 15 de octubre de 2025

Ocho meses sin ti, mi querido Baily!

 

 

🌸 Ocho meses sin ti, mi querido Baily 🌸

Ha sido una tarde muy complicada, llena de mil cosas… y yo con el corazón encogido, porque hoy hace ocho meses desde que se fue mi precioso Baily, mi gato hermoso de ojazos azules.

Pienso en él todos los días. Cuando llamo a sus hermanos para comer, también digo: “¡Baily, a comer!” A veces, incluso cuando llamo a otro de ellos, su nombre se me escapa sin querer. Es como si siguiera aquí, acompañándome entre los sonidos de casa.

Ahora mismo estoy ahogada en lágrimas, con una congoja en el pecho. Sé que el tiempo todo lo suaviza, pero hay días como hoy en los que la herida se abre de nuevo y duele más que nunca. Quisiera gritar cuánto le extraño, cuánto me duele en el alma su ausencia.

A veces me culpo por no haberme dado cuenta de que algo no iba bien. Fue repentino, pero estoy segura de que su riñón ya le fallaba desde hacía tiempo. Si tan solo hubiera mostrado alguna señal… Pero se supone que para eso estamos nosotros, los padres humanos, para entender qué sienten, qué les duele.

Desde entonces, intento no tener ningún descuido con su hermano mayor. Le doy sus medicinas, aplazo todo por él, y me esfuerzo por que cada día cuente. Solo quiero que, cuando llegue su momento, no sea por falta de cariño ni de cuidados.

El recuerdo de mi Bailyto seguirá rompiéndome el corazón, igual que el de mi Chiyu y mi Fifi, que desde hace siete y seis años siguen teniendo mi alma hecha pedazos.

Pero aquí sigo, con el alma rota, pero en pie. Por los que quedan.
Y con la esperanza de que ellos —desde ese lugar donde siempre amanece— nos cuiden, nos acompañen y sigan llenando de amor la casa que un día compartimos.

💫
Con todo mi amor,
Para ti, mi Baily, mi niño bonito de ojos azules.



 

🌸 Eight Months Without You, My Dear Baily 🌸

It’s been a complicated afternoon, full of a thousand little things… and here I am, with my heart in a knot, because today marks eight months since my precious Baily, my beautiful blue-eyed boy, left this world.

I think of him every single day. When I call his brothers to eat, I still say, “Baily, time for dinner!” Sometimes, even when I call one of the others, his name slips out — as if he were still here, moving quietly around the house.

Right now, I’m in tears, with a tightness in my chest that won’t let go. I know that time softens everything, but there are days like today when the wound opens again, deeper and sharper than ever. I want to scream how much I miss him — how much his absence hurts my soul.

I still blame myself for not realizing that something was wrong. It all happened so suddenly, but I’m sure his kidneys had been failing for some time. If only he had shown some sign… But that’s what we, their human parents, are supposed to do — to notice, to know when something hurts them.

Since then, I’ve tried to be extra careful with his older brother — giving him his medicine, postponing everything for him, making sure that when his time comes, it won’t be for lack of love or care.

The memory of my sweet Bailyto will keep breaking my heart, just like Chiyu and Fifi, who left seven and six years ago but still hold pieces of my soul.

And yet, here I am — with a broken heart, but still standing. For those who remain.
And with the hope that they, from that place where the sun always rises, are watching over us… with love.

💫
With all my love,
For you, my Baily — my beautiful blue-eyed boy.

 

María F Rivera 

  All rights reserved

martes, 18 de febrero de 2025

Eternamente...


 


 

Mi querido niño,
El de los ojos bellos…

Te has ido, mi amor. Llegaste a nosotros un bendito 14 de febrero,  fue amor a primera vista… o quizás a primera comida, ¿quién sabe? Nos prometiste amor eterno con tu inocente mirada azul cielo, pero nunca dijiste que un día partirías y que seguirías amándonos desde el otro lado del arcoíris.

Nos diste todo lo mejor, salvo algún pequeño disgusto al principio. Pero luego, durante estos tres años, fuiste el gato más bueno y agradecido del mundo. Tuviste la dicha de contar con dos familias que te amaban (aún te aman), y allí donde pasabas dejabas una corte de enamorados. Hasta club de fans tenías: te fotografiaban, compartían tus imágenes con amigos y familiares, incluso te subían a las redes.

Pero, entre todas las personas del mundo, tuve la fortuna de que me eligieras a mí para ser tu madre, tu Karen. Estos tres últimos años, cada minuto a tu lado fue un regalo de la vida, esa misma vida que, con su cruel costumbre, nos arrebata lo que más amamos. Y aquí nos tienes ahora, rotos por tu ausencia.

Tus hermanos te buscan, están tristes, apáticos. No quieren salir al catio porque ya no estás allí arriba, encaramado en vuestra torre, mirando al infinito. Eras tan feliz, te sentías dueño del mundo, y lo disfrutaste con la intensidad de quien sabe que la vida es un instante.

El dolor nos ahoga. Tres años parecen toda una vida cuando el amor es tan grande. Como cuando partieron tus hermanos, esos que ahora te esperan allá arriba. Podrás contarles todo lo que viviste con nosotros, el amor que te dimos. Y aunque ellos, desde el otro lado, ya lo hayan visto, sonreirán y te dirán: “Así tenía que ser”, porque te lo merecías. Y tú les contarás cuánto amor nos ofreciste, como el que hoy nos dejas a nosotros, en cada rincón de esta casa, en cada latido de nuestros corazones.

Te di el último beso, el último abrazo, el pasado 15 de febrero. Y en tu infinita bondad, me concediste un día más, para que no me quedara en la memoria la tristeza de un 14 de febrero.

Vuela alto, mi niño amado. 🌈💙 Y espéranos allá donde siempre amanece.

 

 María F Rivera

 All rights reserved


 

sábado, 12 de septiembre de 2020

A tí pequeño desconocido.




Se me encogieron el corazón y el alma como tantas otras veces al ver tu foto en ese post de face, ( que omito aquí por razones obvias) pidiendo justicia para ti, debías tener el mismo tiempo que mi naranjita cuando lo adopté en mayo, pequeño, indefenso y frágil
Ángel mío, desgraciadamente se te cruzó en el camino un asesino en vez de un alma buena que te sacase de la calle y te buscase un hogar como le pasó a mi peque, ¡hay tantas personas buenas por esas calles intentanto ayudar! pero tú no tuviste esa fortuna, ¡que dolor verte así! e imaginar lo que sufriste, las lágrimas caen por mi rostro, y mis niños peludos se acercan a consolarme, aunque el único consuelo sería que quien acabó con tu vida pague por ello, a pesar de que el precio de tu vida es incalculable.
Ahora ya vuelas alto, no sufrirás más, has dejado atrás este mundo de salvajes para llegar a un lugar mejor; quizás allí te encuentres como mis heavencats, mis gatos de cielo, les pido que te cuiden como si fueras su hermano, como si hubieses estado conmigo esos pocos meses de vida que te permitieron vivir.
Ahora ya no eres desconocido, para mi ya tienes nombre, porque te llamé Ángel mio y mientras escribo, la canción que suena es un Ángel como tú, no sé si ha sido casualidad o la traje con el pensamiento.
Descansa y espéranos allí donde siempre amanece.
María F Rivera.

Publicación original en: