Desde
hace meses hay dos ángeles en el cielo y aquí abajo en la tierra su madre, su familia
y muchísimas personas más albergando la remota ilusión de que aún estuvieran
con nosotros, lamentablemente no es así, y gracias a unos ineptos se ha tardado
tanto en llegar a esta terrible verdad.
Destino
cruel el de estas criaturas (como tantas otras desgraciadamente) que llegaron a
este mundo sin pedirlo, que no hicieron daño a nadie, a tan corta edad, ¿que
daño podrían haber hecho? ¿Que culpa cargaban sobre sus hombros?
Ninguna…
Sólo
tuvieron la desgracia de pagar por culpas ajenas, la de un ser enajenado (o
quizás no) incapaz de afrontar sus problemas como hombre y no como alimaña, no
digo animal, porque pobres animales que siempre les insultamos comparándoles con
ciertas
“personas” si se puede dar este título a este tipo de gente.
“personas” si se puede dar este título a este tipo de gente.
Ahora
sólo queda esperar que la justicia, sea la de los hombres o la justicia divina si
existe se encarguen de castigar a este
tipo.
Descansen
en paz.
María R. De Movaldi © All Rights Reserved
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