domingo, 4 de abril de 2021

Jueves Santo, el día que quisiste volar.


Desde que llegaste a mi vida, te has estado trepando, (por mis piernas, por las cortinas) saltando de un sitio a otro, hasta subirte en las puertas, siempre has sido un aventurero, pero esta tu última aventura pudo acabar muy mal, sólo puedo imaginar lo que sentiste mi pequeño, y daría todo porque no hubieses pasado por esto, pero tú eres así, como Houdini, un escapista y te buscaste la forma de salir a vivir la experiencia. No sabes lo que sentimos cuando no te encontrábamos en la casa, salimos como locos a buscarte, con la buena fortuna de que no estabas lejos, aunque esa caída del sexto piso no es que fuera como para alegrarse. Se me cayó el alma a los pies cuando la vecina de abajo dijo que había caído un gato desde arriba en su mesa, y lo dijo con desprecio, con rabia porque la habías roto. ¡Bendita mesa que amortiguó tu caída! y tuviste fuerza aún para saltar al otro patio y alejarte de esa mujer. Cuando te vi allí acurrucado junto a la puerta, asustado pero vivo, respiré mi baby, pudimos sacarte de ese patio gracias a Marisa, que ni sé pensó lo que hacía al treparse por la escalera y luego saltar desde casi dos metros al patio para cogerte, ella si es una buena vecina, una buena persona.

Hoy por fin cuando te recogimos del vet, sabiendo que estabas totalmente bien, se acabó la pesadilla y todos respiramos tranquilos, tu papá, tus hermanos que te buscaban por la casa y estaban desorientados sin tí, y yo mi vida, también respiro, ahora que duermes aquí conmigo.


 

Mi pequeño, por fortuna este post es para dar las gracias porque sigues aquí, nada te ha pasado, sólo un susto para ti, para nosotros, y sé que ese día que quisiste volar, tus ángeles de la guarda, tus hermanos, mis gatos de cielo, te envolvieron en sus alas para que nada te pasara, porque siempre les pido que os cuiden desde allí arriba.

Te quiero mi campeón, 


 

María F Rivera