sábado, 12 de septiembre de 2020

A tí pequeño desconocido.




Se me encogieron el corazón y el alma como tantas otras veces al ver tu foto en ese post de face, ( que omito aquí por razones obvias) pidiendo justicia para ti, debías tener el mismo tiempo que mi naranjita cuando lo adopté en mayo, pequeño, indefenso y frágil
Ángel mío, desgraciadamente se te cruzó en el camino un asesino en vez de un alma buena que te sacase de la calle y te buscase un hogar como le pasó a mi peque, ¡hay tantas personas buenas por esas calles intentanto ayudar! pero tú no tuviste esa fortuna, ¡que dolor verte así! e imaginar lo que sufriste, las lágrimas caen por mi rostro, y mis niños peludos se acercan a consolarme, aunque el único consuelo sería que quien acabó con tu vida pague por ello, a pesar de que el precio de tu vida es incalculable.
Ahora ya vuelas alto, no sufrirás más, has dejado atrás este mundo de salvajes para llegar a un lugar mejor; quizás allí te encuentres como mis heavencats, mis gatos de cielo, les pido que te cuiden como si fueras su hermano, como si hubieses estado conmigo esos pocos meses de vida que te permitieron vivir.
Ahora ya no eres desconocido, para mi ya tienes nombre, porque te llamé Ángel mio y mientras escribo, la canción que suena es un Ángel como tú, no sé si ha sido casualidad o la traje con el pensamiento.
Descansa y espéranos allí donde siempre amanece.
María F Rivera.

Publicación original en:

miércoles, 25 de marzo de 2020

A ti que tienes miedo






A ti que tienes miedo...

Creo que ninguno de nosotros hubiésemos imaginado, por mucha imaginación que tengamos, que un buen día, nuestras vidas se transformasen drásticamente, todas al mismo tiempo y no sabemos cómo reaccionar;  cada uno trata de afrontarlo de una manera, unos lo toman con humor, muchos son solidarios, otros culpan a tal o cual de lo que está pasando y entre reclamos, indignación etc. se hacen más llevaderos los días.
Pero los más tenemos miedo, sí miedo aunque no lo vayamos pregonando, miedo por nuestras familias, nuestras mascotas, nuestros  amigos; aunque mantengamos nuestras mentes ocupadas con el trabajo, o en cualquier otra cosa para no pensar. Y habrá momentos en los que la ansiedad y el desasosiego nos invadan, nos quedemos sin respiración y lloremos a solas. Nos limpiaremos las lágrimas y  brindaremos una sonrisa a quien tengamos cerca (hijos, pareja, quizás un vecino que sale a aplaudir a las 8 de la tarde) intentando volver a nuestra "normalidad" aunque ya nada sea normal, aunque nunca más la recuperemos porque pase lo que pase nada volverá a ser como antes de que comenzara esta pesadilla digna de ser creada por la pluma más fantasiosa y tétrica del mundo.
Hoy más que nunca echamos de menos aquel abrazo, aquel beso, esa visita que dejamos para otro momento y que ahora no sabemos cuándo podremos hacer, porque estando tan cerca estamos tan lejos...
Por eso este mensaje es para ti, para mí, que también estamos haciendo un gran papel en esta tragedia, porque por nuestro miedo estamos cumpliendo todas las reglas, e intentando que los que tenemos cerca también lo hagan.
Y de nosotros nadie sabe, nadie se acuerda.


Pd (para ti, que me abriste tu corazón en la distancia, al otro lado del teléfono  y creí estar viendo mi reflejo)
María F Rivera

Pero juntos saldremos de esto.