Hoy me he puesto a pensar(otra vez)en todos
aquellas personas que lucharon toda su vida por salir adelante, aquellos que
durante la guerra y después de ella sufrieron la miseria y el hambre, aquellos
como mis propios padres que tuvieron que trabajar desde niños para ayudar a la
familia a tener un trozo de pan en la mesa.
Durante años nos han dicho (aunque sin
desearlo verdaderamente) ¡debía volver el año del hambre para que supierais
valorar la suerte que tenéis de tener aunque sea un plato de lentejas!
¡Cuantas veces no habré escuchado la
historia que contaba mi madre de como con 8 años comenzó a trabajar! y de lo
que le ponían de comida se llevaba la mitad para sus padres, como siendo tan
pequeña tenía que limpiar, fregar y hacer de todo en la casa, los trabajos más
duros para tan temprana edad.
Ellos que tanto lucharon porque sus hijos y
nietos no pasaran por eso, trabajando duramente para tener sus pensiones y sus “derechos”,
hoy los que viven, lo hacen con miedo, viendo como cada día tienen menos poder
adquisitivo, como sus pensiones no alcanzan para llegar a fin de mes y los que
ya no están se estarán revolviendo en sus tumbas porque su país se va a la
ruina y la miseria por culpa de un puñado de egoístas desalmados, y me quedo
corta con el calificativo, porque si dijera todo lo que pienso me cerrarian el blog.
Toda perdida es dolorosa pero agradezco
enormemente que no tenga que vivir estos momentos de incertidumbre y agonía
como tanta gente en el país, algo que parece no tener fin.
María R de Movaldi.