jueves, 31 de mayo de 2012

Reflexión


Hoy me he puesto a pensar(otra vez)en todos aquellas personas que lucharon toda su vida por salir adelante, aquellos que durante la guerra y después de ella sufrieron la miseria y el hambre, aquellos como mis propios padres que tuvieron que trabajar desde niños para ayudar a la familia a tener un trozo de pan en la mesa.

Durante años nos han dicho (aunque sin desearlo verdaderamente) ¡debía volver el año del hambre para que supierais valorar la suerte que tenéis de tener aunque sea un plato de lentejas!

¡Cuantas veces no habré escuchado la historia que contaba mi madre de como con 8 años comenzó a trabajar! y de lo que le ponían de comida se llevaba la mitad para sus padres, como siendo tan pequeña tenía que limpiar, fregar y hacer de todo en la casa, los trabajos más duros para tan temprana edad.

Ellos que tanto lucharon porque sus hijos y nietos no pasaran por eso, trabajando duramente para tener sus pensiones y sus “derechos”, hoy los que viven, lo hacen con miedo, viendo como cada día tienen menos poder adquisitivo, como sus pensiones no alcanzan para llegar a fin de mes y los que ya no están se estarán revolviendo en sus tumbas porque su país se va a la ruina y la miseria por culpa de un puñado de egoístas desalmados, y me quedo corta con el calificativo, porque si dijera todo lo que pienso me cerrarian el blog.

Hoy doy gracias a Dios por haberse llevado a mi madre antes de que pudiera ver como tocamos fondo, aunque en los últimos años de su vida ya sufrió viendo que parte de los suyos lo pasaban mal económicamente, ayudándoles en lo que podía y más, quedándose corta para terminar el mes, cosa que no le había sucedido desde hacía muchos años.

Toda perdida es dolorosa pero agradezco enormemente que no tenga que vivir estos momentos de incertidumbre y agonía como tanta gente en el país, algo que parece no tener fin.

María R   de Movaldi.

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